Puede que a priori no lo veas como un trabajo de riesgo, pero estar sentado delante de la pantalla del ordenador en la misma postura, repitiendo diariamente determinados movimientos y en unas condiciones ambientales poco favorables puede ocasionar el comúnmente conocido como síndrome del oficinista.
Cuando se hace referencia a un 'trabajo de riesgo', nos vienen a la mente determinadas prácticas laborales relacionadas con obras, minas, electricidad, explosivos, exposición a determinados agentes biológicos, etc., por lo que en un primer momento estar sentado delante de la pantalla de nuestro ordenador, en una silla giratoria aparentemente cómoda y protegidos por las cuatro paredes de nuestra oficina puede no parecer una actividad perjudicial para nuestro organismo. ¿Verdad?
Los equipos de oficina contribuyen a la contaminación interior durante su funcionamiento como consecuencia del aumento de temperatura que se produce en su interior, siendo los COV los componentes mayoritarios de las emisiones procedentes de dichos equipos.
Puedes descargarte el informo del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo llamado "Calidad del aire interior. Equipos y materiales de oficina: contaminantes químicos"
En el caso de las fotocopiadoras y de las impresoras láser, éstas muestran emisiones similares, que dependen fundamentalmente del modo de operación y de los materiales empleados. Entre los COV más frecuentes emitidos por estos equipos destacan: hidrocarburos aromáticos (benceno, etilbenceno, clorobenceno, tolueno, estireno, xilenos y otros derivados del benceno), hidrocarburos alifáticos (dodecano, hexadecano), hidrocarburos clorados (tricloroetileno, tetracloroetileno) y aldehídos, como el formaldehído.
Los COV emitidos suelen proceder principalmente de la descomposición de los componentes del tóner, cuando éste es sometido a elevadas temperaturas durante el proceso de impresión, y varían en función de su composición.
En cuanto a las impresoras de inyección de tinta, la emisión de COV, procedentes principalmente de los solventes de la tinta, es considerablemente inferior a la de las fotocopiadoras y las impresoras láser. Este hecho puede ser debido a que la temperatura de funcionamiento es mayor en éstas últimas, ya que el tóner requiere temperaturas más elevadas para que tenga lugar la fusión, lo cual favorece y aumenta la volatilización de los compuestos. Las mayores emisiones son de tolueno, benceno, etilbenceno, benzaldehído, o-xileno, estireno, hexadecano y acetofenona.
En términos generales, la liberación de COV por los equipos de oficina puede generar molestias olfativas y está asociada a una serie de síntomas inespecíficos y típicos del Síndrome del Edificio Enfermo, tales como cefaleas, náuseas, malestar general e irritaciones dérmicas, oculares y del tracto respiratorio superior.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que, entre los compuestos emitidos por estos equipos, se incluyen sustancias consideradas peligrosas, como el benceno (carcinógeno de cat. 1A, mutágeno de cat. 1B), el formaldehído y el tricloroetileno (carcinógenos de cat. 1B, mutágenos de cat. 2), el tolueno y el estireno (tóxicos para la reproducción de categoría 2).
Consumibles originales vs consumibles imitación/reutilizados
Está demostrado que el uso de consumibles de imitación o reutilizados, los cuales han sido abiertos y manipulados para su relleno, puede emitir partículas volátiles durante su funcionamiento, las cuales afectan directamente a la calidad del aire interior de oficinas y complejos de negocios.
Esta contaminación afecta la salud respiratoria de los trabajadores y, al producirse pequeñas fugas dentro de la máquina, incidirán directamente en el rendimiento de la misma, produciéndose muchas roturas en equipos, las cuales por lo general son achacadas por parte del cliente a los equipos y no a los consumibles utilizados.
Desde SVi, recomendamos únicamente el uso de consumibles originales HP, los cuales permiten cumplir los estándares de emisión de CAI (calidad del aire interior) más rigurosos, entre los que se incluyen el prestigioso certificado Blue Angel.
Qué es Blue Angel
El Ángel Azul o Blue Angel es la primera y más longeva certificación para productos y servicios respetuosos con el medioambiente a nivel mundial. Es una certificación voluntaria, que puede ser obtenida para todos los productos y servicios, a excepción de productos de alimentación.
Surgió en 1978 por iniciativa del Ministro Federal del Interior de Alemania y fue aprobado por los Ministros de Medio Ambiente del gobierno federal y los estados federados. Se diseñó para destacar e informar a los consumidores sobre aquellos productos y servicios respetuosos con el medio ambiente, tanto en las etapas de fabricación, reciclaje, embalaje, uso, emisión, recogida y desecho. Considera tanto aspectos medioambientales como de calidad y seguridad.
A partir de esta certificación, otros países fueron introduciendo sus propias certificaciones medioambientales, aunque ninguna otra ha tenido tanto prestigio, debido a su alto nivel de exigencia.
El sello Blue Angel se inspiró en el símbolo de las Naciones Unidas y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), teniendo un fuerte impacto internacional.
A día de hoy, alrededor de 11.700 productos y servicios en alrededor de 125 categorías de productos llevan la etiqueta ecológica Ángel Azul, indicando que protegen el medioambiente y la salud, el clima, el agua, o los recursos.
El sello del Ángel azul es sinónimo de control del producto, transparencia y compra segura.
De esta manera, nos aseguramos de que obtenemos productos y servicios ecológicos, y que estos están debidamente identificados y son fiables. El ángel azul proporciona la consistencia, claridad y seguridad necesaria.
Además de estos beneficios, destacamos:
El Ángel Azul puede ayudar a ahorrar, no sólo energía, sino también dinero, ya que los productos que llevan la etiqueta Blue Angel representan productos de alta calidad y larga vida útil.
El ángel azul también se centra en la salud y seguridad: ya que los productos que llevan la etiqueta Ángel Azul han sido probadas y certificados según la seguridad de la salud e información al consumidor.
El ángel azul es uno de los sellos con mayor relevancia en el mundo de los servicios y productos ecológicos, ayudando de ésta manera a acelerar el cambio hacia una economía con desarrollo sostenible.
Medidas preventivas
El INSHT incluye en la Nota técnica una serie de medidas y recomendaciones para la prevención y reducción del riesgo:
Emplear productos y materiales de oficina con bajo contenido en COV y COSV.
Garantizar una ventilación adecuada con aporte de aire exterior suficiente que evite que los niveles de contaminantes alcancen concentraciones que puedan resultar perjudiciales para la salud de los trabajadores que se encuentren en el entorno de los equipos o que manipulen materiales que puedan suponer un riesgo potencial.
Evaluar toda situación en la que los equipos de oficina generen suciedad en el ambiente, provoquen un aumento de la temperatura de la zona, o den lugar a la aparición de olores desagradables.
Ubicar las impresoras y las fotocopiadoras en lugares bien ventilados y alejados de los trabajadores, preferentemente cerca de los retornos del sistema de acondicionamiento de aire.
Cuando las fotocopiadoras e impresoras deban ser utilizadas de manera frecuente, ubicarlas en habitaciones separadas de la zona ocupada y dotadas de una ventilación adecuada, siendo preferible que se estén provistas de extracción localizada que descargue el aire directamente al exterior
No se recomienda su ubicación en habitaciones muy pequeñas.
Si la destructora de papel genera elevadas cantidades de polvo, ubicarla en una habitación separada con ventilación adecuada.
Siempre que sea posible, evitar permanecer cerca de los equipos cuando se encuentren en funcionamiento. Por ejemplo, permanecer a más de un metro de las impresoras puede reducir enormemente la exposición a las partículas ultrafinas generadas durante su funcionamiento.
Consultar la ficha de datos de seguridad (FDS) del tóner suministrada por el fabricante, la cual proporciona la información relativa a la seguridad y la salud necesaria para identificar y evaluar el riesgo de exposición, además de información relacionada con la manipulación y el almacenamiento apropiados.
La manipulación de los cartuchos de tóner debería ser llevada a cabo por personal cualificado. Cuando exista riesgo de contacto dérmico o de inhalación de polvo de tóner como consecuencia de su manipulación, deberán emplearse guantes desechables y mascarilla. No se debe soplar sobre el cartucho a fin de eliminar el polvo, ya que incrementa el riesgo de exposición.
Llevar a cabo una gestión adecuada de los residuos de oficina, especialmente en el caso de los cartuchos de tinta y de tóner, de conformidad con lo dispuesto en la ORDEN MAM/304/2002, de 8 de febrero, por la que se publican las operaciones de valorización y eliminación de residuos y la lista europea de residuos.
En relación con el uso de papel autocopiativo: - Llevar a cabo su manipulación en lugares bien ventilados y, si resulta necesario, emplear guantes. - Adoptar medidas adecuadas de higiene personal, prestando especial atención al lavado de manos cuando se utilice papel autocopiativo. Evitar llevarse las manos a la boca o a los ojos durante y después de su uso. - Realizar una alternancia de tareas con otras en las que no haya manipulación o ésta sea mínima.
Las fotocopiadoras xerográficas y las impresoras láser que no hayan sido utilizadas durante periodos prolongados de tiempo deberán de ser inspeccionadas a fin de determinar el estado del tambor fotoconductor. Si éste se encuentra dañado, no deberían ponerse en funcionamiento.
Los equipos deberán ser limpiados periódicamente con el fin de evitar la acumulación de residuos y de polvo.
Garantizar un mantenimiento periódico y adecuado de los equipos.
Síndrome del oficinista
Si de algo estamos seguros es que el mundo está en constante evolución y en la actualidad han ido apareciendo las conocidas como 'enfermedades modernas del siglo XXI'. Esto es justo lo que ha pasado con los trabajos de oficina y ahora más que nunca estamos expuestos al denominado 'síndrome del oficinista', también conocido como el 'síndrome de la oficina enferma' o 'síndrome del edificio enfermo'.
Reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1982 lo definió como el "fenómeno que se presenta en ciertos espacios interiores no industriales y que produce, en al menos un 20% de sus ocupantes, un conjunto de síntomas tales como sequedad e irritación de mucosas, dolor de cabeza, fatiga mental e hipersensibilidad inespecíficas".
El origen de este síndrome reside en:
Estar demasiado tiempo sentado en la misma posición, llegando a mantener posturas forzadas cuando se trabaja con el ordenador (pantalla lateralizada y giros del cuello).
Disponer de un mobiliario inadecuado o mal ubicado que no está adaptado a nuestras necesidades físicas (la silla, la mesa, las distancias y la altura de la pantalla del ordenador).
Sufrir las condiciones ambientales tanto la climatización (temperaturas fuera del rango del confort, como el calor en invierno y frío en verano) iluminación (brillos o deslumbramiento del trabajador) y ruido (generado por los equipos, el acondicionamiento climático o por las personas que están en el mismo espacio laboral).
Falta de información y formación del empleado en relación a la higiene postural que ha de llevar a cabo en el trabajo.
Falta de pausas y alternancias de posturas en el trabajo.
Y todo esto sin olvidarnos de la alimentación que es clave en nuestra rutina diaria. “Uno de los errores más comunes es la falta de organización en torno a las comidas en el trabajo. La oficina como tal no engorda, pero son muchas horas las que se pasan sentados en un mismo lugar y en la mayoría de los casos sin tiempo de ir a comer a casa. Si las personas deciden llevar su fiambrera al trabajo la cosa puede complicarse por la falta de organización y previsión.
Qué problemas puede ocasionar
Desde el Hospital Clínico San Carlos nos indican que algunas de las enfermedades o problemas tanto físicos como piscológicos que puede desencadenar el trabajo en la oficina son:
Molestias oculares: ojo seco (por la disminución del parpadeo mientras se trabaja con la pantalla) y problemas de acomodación visual y fatiga visual
Problemas musculoesqueléticos a nivel de la musculatura paravertebral del cuello, dorso y lumbar (contracturas, hipotonías, tendinitis de miembro superior...).
Molestias vasculares como las varices o las hemorroides.
Molestias viscerales como el estreñimiento.
Respiración superficial que puede afectar a la falta de concentración.
Además, no nos olvidemos de que “la mala alimentación y el sedentarismo están relacionados de manera directa con la aparición de sobrepeso, obesidad y otras enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, enfermedades coronarias, entre otras muchas”
Tratamientos, consejos y recomendaciones
Los factores que ocasionan este mal del siglo XXI van a seguir estando ahí, por lo que es nuestra responsabilidad y función intentar modificar los hábitos de conducta para hacer más llevadero los problemas ocasionados por el entorno de la oficina. Es decir tenemos que cambiar nuestra rutina para no caer en el síndrome del edificio enfermo y reducir al mínimo sus efectivos nocivos tanto para nuestra salud física como mental.
"Las medidas preventivas para evitar en lo posible el sedentarismo, deben ir encaminadas a incluir pautas mientras se realiza la tarea con el ordenador, favorecer la alternancia de posturas y realizar ejercicio físico fuera del ámbito laboral. Estas medidas se deben complementar con una adecuada configuración del puesto de trabajo incluyendo no solo el equipo informático, también se debe adecuar la silla, la mesa y el resto de los elementos necesarios para favorecer la adopción de posturas correctas", afirman desde el Instituto Nacional de Seguridad Social, Salud y Bienestar.
También es recomendable ejercitar la respiración, descansar los ojos y levantarse máximo cada dos horas a estirar las piernas.
En cuanto a la lucha contra la mala alimentación y el sedentarismo, desde la Clínica Nutt- Consejo Nutricional afirman que "la planificación es la clave para poder llevar una buena alimentación (siempre partiendo de que cada uno conozcamos qué tipo de alimentación nos viene mejor). Si uno está bien organizado y compra adecuadamente, puede tener las comidas semanales bien marcadas y preparadas para llevar una dieta equilibrada y además también ahorras en salud y en dinero". Evitar todo tipo de snacks y refrescos también es fundamental.
Y no nos olvidemos de acompañar esta dieta sana con una actividad deportiva frecuente varias veces por semana porque tal y como señalan "realizar estiramientos de forma regular puede ayudarnos a reducir los efectos negativos y el deporte es imprescindible para un correcto funcionamiento de nuestro organismo".
"El riesgo es que estos problemas de salud se hagan crónicos", indican desde el Hospital Clínico San Carlos, por lo que prevenir y comenzar con estas recomendaciones cuanto antes será clave para que el problema no vaya a más.
No nos olvidemos que los empleados que están sanos son más productivos, creativos y tienen menos bajas laborales por lo que en definitiva, todos salimos ganado.
En SVi estaremos encantados de poder asesorarle en los mejores consumibles para sus equipos. Puede contactarnos haciendo clic aquí.
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